La Maison d’Izieu

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Niños y adultos de la colonia frente a la casa, verano de 1943. La mayoría murieron en Auschwitz. © Maison d’Izieu (Collection succession Sabine Zlatin)

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Sabine y Miron Zlatin en 1927. © Maison d’Izieu (Collection succession Sabine Zlatin) 

En abril de 1943 el sub-prefecto de Belley propuso a Sabine y Miron Zlatin trasladarse con el pequeño grupo de niños judíos que tenían a su cargo, a una casa que servía de colonia de vacaciones, situada en Lélinaz (Izieu), a la sazón ocupado por el ejército italiano.

Así, la Maison d’Izieu acogió, desde principios de junio de 1943 y hasta el 6 de julio de 1944, a la “Colonie d’enfants réfugiés de l’Hérault”.

“Los crímenes contra la Humanidad no prescriben” (Sabine Zlatin)

“Quiero expresar la idea que he tenido desde el principio de lo que Izieu debe ser:

  • Un lugar que simbolice la denuncia de los crímenes contra la Humanidad 
  • [Un lugar que simbolice] la resistencia a las ideologías fanáticas […], único medio de lucha contra los regímenes que engendran tales crímenes 
  • Más que un simple memorial o un museo, esta casa debe ser un centro animador de los que luchan con el sentir que transmiten las palabras de John Donne”

Sabine Zlatin: Mémoires de la “Dame d’Izieu”. Éditions Gallimard, 1992, 95.

Durante la guerra, Sabine, enfermera de la Cruz Roja, se vinculó como asistenta social a la Œuvre de Secours aux enfants (OSE) y obtuvo autorización para visitar los campos de Agde y de Rivesaltes donde se hacinaban mujeres y niños, separados de los hombres. Una parte de ellos eran judíos.

La OSE trataba de sacar a niños judíos de los campos y los llevaba a las casas que tenía o bien los colocaba en familias cristianas. Cuando los alemanes ocuparon la zona sur de Francia, a finales de 1942, la OSE fue cerrando sus casas.

Fue entonces cuando la Prefectura de Montpellier pidió a Sabine, en su calidad de enfermera de la Cruz Roja, que se ocupara de 17 niños judíos que se encontraban solos en Campestre. Con la ayuda de Secours National, el matrimonio Zlatin llegó con los niños a Chambéry y tomó contacto con el sub-prefecto de Belley. En junio de 1943 los niños fueron instalados en Izieu. Por la colonia pasaron unos cien menores. El objetivo era buscarles familias o instituciones que les acogieran o intentar pasarles a Suiza.

En marzo de 1943 el matrimonio Zlatin era consciente de la necesidad urgente de cerrar la colonia. El 1 de abril Sabine marchó a Montpellier para tratar de arreglar la partida de los niños. El día 6, víspera de la “Operación Primavera”, la Gestapo de Lyon por orden de su jefe, el oficial de las SS, Klaus Barbie, irrumpió en la colonia y se llevó a los 44 niños y 7 adultos, entre ellos a Miron Zlatin. El niño más pequeño era Albert Bulka (Coco) y tenía 4 años.

El 8 de abril se registraba su entrada en el campo de Drancy. Desde allí los niños y cuatro de los adultos fueron llevados a Auschwitz donde murieron en la cámara de gas. Solo sobrevivió la cuidadora Léa Feldblum.

Miron Zlatin junto con Théo Reis y Arnold Hirsch fueron deportados hacia la zona del Báltico. En el camino se perdió el rastro de los dos adolescentes. Miron fue fusilado en Reval (la actual Tallin) el 31 de julio.

Mientras, Sabine trataba de averiguar qué había pasado con los niños y adultos, en particular con su marido, y se comprometía con la Resistencia. Tras la Liberación organizó la llegada de deportados al hotel Lutetia convertido en Centro de acogida. Tras su cierre en 1945, se instaló en París. Desde entonces y hasta su fallecimiento no cesó en su lucha contra el olvido.

En el largo camino por la recuperación de la Memoria de lo ocurrido en la Maison d’Izieu, el proceso a Klaus Barbie tiene un significado crucial. Después de la guerra, Barbie consiguió escapar bajo la protección del Servicio de Inteligencia Americano (CIA). Sin embargo, gracias a la determinación del abogado, Serge Klarsfeld y de su esposa Beate, fue localizado en Bolivia y extraditado a Francia. Entre mayo y julio de 1987 se le procesó en Lyon. Fue el primer caso de crimen contra la Humanidad juzgado en Francia.

Tras el proceso, surgió la idea de crear un Memorial en Izieu que fue inaugurado el 24 de abril de 1994 por el presidente de la República Francesa François Mitterrand.

La Maison d’Izieu