Voluntarias de la ayuda humanitaria en la Guerra Civil española

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Mujeres trabajando en la producción de guerra, 28 de abril de 1937. © BNE (Biblioteca Digital Hispánica, GC-Caja 58/6 18r/1) 

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¡Ayudad! A la Cruz Roja Española en su labor humanitaria. Autor: Mezquita. Cartel editado por Cruz Roja Española. Imprenta Rivadeneyra, S.A. Madrid (Circa 1936-1939) © CDMH (PS-CARTELES, 2194)

No se entiende la Guerra Civil de 1936-1939 si se la contempla sólo como un conflicto interno de la política y sociedad españolas. Hay que situarla en el contexto de la historia europea del primer tercio del siglo XX. Esto ayuda a explicar el hecho de que, desde su inicio, se convirtiera en un campo de confrontación ideológica para los gobiernos y la opinión pública internacionales.

Al igual que ocurrió en la Primera Guerra Mundial, la movilización de padres, esposos y hermanos para el esfuerzo bélico obligó a las mujeres a tener que sostener a la familia y asegurar su supervivencia, a la vez que se incorporaban a los puestos de trabajo que dejaban libres los hombres en todos los ámbitos de la actividad económica.

Además de esa doble labor doméstica y en el ámbito laboral, realizaron un sinfín de tareas de apoyo en la retaguardia: búsqueda de alimentos para la población desvalida y ayuda en almacenes de suministro de alimentos, en orfanatos, comedores colectivos, roperos y talleres de costura. Junto a esto, la asistencia sanitaria en hospitales o el papel desempeñado como personal auxiliar o como maestras de los niños que eran evacuados a colonias en la costa mediterránea o al extranjero, etc.

El carácter de revolución popular que revistió la guerra en la zona republicana en los primeros momentos hizo que las mujeres más comprometidas y alentadas por un discurso igualitario en su relación con los hombres, se alistarán en los batallones y cuerpos de milicias que de forma voluntaria se organizaron desde los primeros días para participar directamente en la lucha.

La Guerra Civil propició la llegada de voluntarias internacionales que procedían de todos los rincones del mundo y que trabajaron como médicas, enfermeras, conductoras de ambulancias, auxiliares sanitarias, corresponsales de guerra, fotógrafas, etc. Algunas eran brigadistas, otras pacifistas y neutrales, muchas vinculadas a organizaciones de ayuda humanitaria. La mayoría vinieron en apoyo de la República, pero también hubo mujeres que ayudaron al bando sublevado.

En cuanto a las organizaciones que brindaron ayuda humanitaria durante en el conflicto, unas fueron neutrales y ayudaron en ambos bandos como el Servicio Civil Internacional (SCI), los cuáqueros británicos y americanos (Friends Service Committee y American Friends Service Committee), el Comité Internacional de la Cruz Roja (en el caso español, Cruz Roja Española) y Save the Children Fund.  Hubo otras que colaboraron sólo con el bando republicano, tales como Socorro Rojo Internacional, Solidaridad Internacional Antifascista y unas terceras que lo hicieron con el bando sublevado, como Auxilio Social, fundada por Mercedes Sanz-Bachiller Izquierdo, o Socorro Blanco, dirigida por la militante carlista María Rosa Urraca Pastor.

Hubo muchos casos de mujeres singulares que llegaron como voluntarias de asociaciones humanitarias, mencionemos sólo a modo de ejemplo a Elisabeth Eidenbenz, una maestra suiza que viajó a España a principios de 1938 como voluntaria del SCI. Llevó a cabo su labor en Madrid y en Burjassot (Valencia). Regreso a Suiza a principios de 1939, pero a finales de ese mismo mes se la requirió de nuevo para ayudar a las exiliadas españolas embarazadas que se encontraban en los campos de internamiento franceses. Este es el origen de la Maternidad de Elne que funcionó hasta abril de 1944 y en la que nacieron más de 600 niños de 22 nacionalidades diferentes

Voluntarias en la Guerra Civil española