Los niños en la Primera Guerra Mundial

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Campaña de recogida de fondos del America Committee for Relief in the Near East (Ethel Bettsbains, 1918). ©LOC (Prints and Photographs Division Washington D.C., LC-USZC4-1343) 

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Huérfanos de guerra comiendo al aire (1915). © BnF (département Estampes et photographie, EI-13 (471)) 

El estallido de la Primera Guerra Mundial representó una ruptura con el pasado, con las políticas dominantes y con el viejo orden monárquico e imperial. Su desarrollo también marcó un cambio importante en la historia europea de los conflictos bélicos.  

La utilización de la población civil como objetivo de guerra provocó el desplazamiento de millones de civiles europeos y afectó a la vida de los niños de una manera desconocida hasta el momento.  

La invasión y ocupación de los territorios, los bombardeos sobre las ciudades y la deportación por cuestiones étnicas y religiosas provocaron el traslado de, aproximadamente, 10 millones de personas en flujos tanto internos como a través de las fronteras. 

  Las personas desplazadas obtuvieron un trato muy diverso en los diferentes países: desde la obtención de diversos niveles de asistencia al internamiento en campos de concentración. En campos como los de Holzminden, Rastatt y Havelberg, en Alemania, o Gouda, Nunspeet y Bergen op Zoom, en los Países Bajos, se confinó a los combatientes junto con sus familias.  

 Los armenios y asirios que escaparon o sobrevivieron a la masacre de las tropas turcas, representan el caso más extremo de desplazamiento civil durante la guerra, a consecuencia del cual murieron entre 600.000 y un millón de personas.  

 A diferencia de lo que sucedía con los soldados, no existía ningún acuerdo internacional que protegiera a la población civil y en particular a los niños -huérfanos, abandonados o no supervisados- que llenaron las ciudades y que, en gran medida, presentaban problemas de desnutrición y enfermedades como el tifus.  

 Organizaciones humanitarias, como la de los cuáqueros Friends War Victims Relief Committee, se convirtieron en representantes de las víctimas inocentes, de los no combatientes, y de esta manera la idea humanitaria de socorrer a los niños se extendió a todas las partes en conflicto.  

Las primeras acciones de ayuda que se llevaron a cabo, destinadas a proporcionar alimento y refugio, recayeron sobre las autoridades locales, los gobiernos centrales, y las organizaciones caritativas y no gubernamentales como la Cruz Roja o el American Committee for Armenian and Syrian Relief, creado en 1915 para ayudar a los armenios víctimas de los turcos y renombrado como Near East Relief, en 1919. 

La ocupación de países como Bélgica (1914), el bloqueo naval británico (1914-1919), la insuficiencia en la producción de comida y las estrategias alimentarias de racionamiento llevadas a cabo por los diferentes estados, provocaron un problema de hambruna que afectó especialmente a los niños.  

 En Alemania, se establecieron Cocinas Públicas como parte del sistema de nutrición en tiempo de guerra mientras que, en otras regiones, organizaciones como la Commission for Relief in Belgium (1914-19) presidida por Herbert Hoover, llevó a cabo un programa de alimentación internacional dirigido a los belgas y franceses que se encontraban en territorio alemán ocupado.  

 El alcance de los problemas de salud provocados por la desnutrición tomó cariz de problema político generando protestas y marchas contra la hambruna y el bloqueo, como el movimiento Fight the Famine, transformando la lucha contra el hambre en una causa de socorro internacional.  

Niños en la IGM